2 de mayo de 2010

Carta a La Gran Maricona

Cada día la vida nos enseña una lección que nos servirá para toda la vida... Personalmente, estas últimas semanas me ha enseñado a no fiarme ni de mi propia sombra. Y es que no sabía que esa persona a la que yo consideraba una gran amistad fuese tan arpía...

Seaa, me estás pidiendo todos los días no se qué gilipolleces de hacernos fotos y esas cosas, porque dices que no tienes ninguna conmigo, para que luego me entere de que por ahí me estás poniendo verde y no se qué rollos... Pero, cariño mío, ¿TU ERES GILIPOLLAS O PEINAS CALVOS? ¿Qué coño quieres? ¿Me vas a hacer budú o qué?

Oh please, give me a break!

Ya hasta me da la risa.

Porque, mira, si tiene algo contra mí (a mi tampoco me gustan muchas cosas que digo, hago o soy), que tenga el coraje de decírmelo a la c a r a.

Y es que a mi tampoco me gustan algunas cosas suyas. Por ejemplo, es un PUTO COTILLÓN, pero no lo voy soltando por ahí, y mucho menos, le cuento mis cosas, me lo aguanto, hasta el día explote y le joda la vida pero bien, eh, pero bien.

No me lo habría esperado nunca de ti. Me apuesto a Bandi a que te lo ha pegado Cierto Gilipollas de cuyo nombre y tórax no quiero acordarme.

¿Sabes lo que te digo? Que habrá que hacerte crecer, ¿no? No veas lo que disfrutaría.

Uff si que es satisfactorio, gracias a los que me apoyais hasta el momento...

Ah, eso sí, yo no he dado ningún nombre y no le voy a decir a nadie quién es, pero si se da por aludido el ser humano aquí citado...

I never felt the pain of your words,

and I couldn’t care less about you.

I won’t be there when you need me

and you will feel like a fool.

Burn in hell

No hay comentarios:

Publicar un comentario